«Peregrinos en Camino: Fe, Sacrificio y Esperanza hacia la Basílica de Guadalupe»
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Son muchas las razones que impulsan a los peregrinos a caminar hacia la Basílica de la Virgen de Guadalupe, en la Ciudad de México. Agradecer o pedir por algo son los motivos más comunes. Los caminantes llevan mochilas con lo esencial y, sobre ellas, la imagen de “la jefa”, como muchos se refieren a la Virgen, esperando que sea bendecida a su llegada al santuario. En el camino, los peregrinos son diversos: personas de 70 años avanzando lentamente y jóvenes que van a paso rápido, documentando todo con sus teléfonos. Sin embargo, todos comparten una misma fe y propósito: dar gracias por la vida, la unidad familiar, o pedir ayuda para superar una enfermedad o una tragedia.
Al amanecer del segundo día de peregrinación, don Juan López atraviesa el Paso de Cortés, en el municipio de San Pedro Cholula. A sus 70 años, se siente cansado y sus rodillas se resienten, pero sigue adelante. Aunque lleva años haciendo esta ruta, hoy se ha desorientado y camina en dirección equivocada. Al darse cuenta, regresa sobre sus pasos. “Con razón se me hizo extraño, mucho descenso, pero la Virgen me los puso en el camino para orientarme”, comenta. El pintor de oficio comenzó su viaje el 9 de diciembre desde su casa en Santo Tomás Chautla, con rumbo al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Puebla, para encomendarse antes de continuar su peregrinaje.
Con voz algo ronca por la falta de líquidos, comparte que, como cada año, va a la Basílica para dar gracias por la vida, el trabajo y la salud. “Es un sacrificio, pero sobran las razones para agradecer. Cada año voy a darle gracias a la jefa por todo lo que me dio, es una tradición”, expresa. A pesar de viajar solo, don Juan no teme enfrentarse a los peligros del camino, ya que confía en que la Virgen lo protegerá. “Si ella quiere que llegue, voy a hacerlo. Me pongo en sus manos y ella decide”, afirma.
A su paso, algunos peregrinos se encuentran con otros en el camino, como Julio César Orea, un hombre de 35 años originario de Puebla. Tras un día de caminata, se ve cansado y se resguarda bajo la sombra de un árbol mientras pide un aventón. Aunque un vehículo se detiene para ayudarlo, cuenta que comenzó el viaje con un grupo de siete personas, pero decidió avanzar más rápido mientras los demás descansaban. Tras varias horas de caminata, su cuerpo no pudo más y tuvo que hacer una pausa. Este es su segundo año haciendo la peregrinación, y su propósito es pedir por la salud de sus abuelos y otros familiares afectados por una enfermedad, aunque prefiere no dar más detalles.