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Inseguridad en la Autopista Puebla-Veracruz: El Peligro Constante para Transportistas

Los robos en la autopista Puebla-Veracruz, especialmente en el tramo entre Amozoc y Esperanza, han generado preocupación entre los conductores de carga y automovilistas que transitan por esta vía federal. Los relatos de asaltos, desapariciones y episodios de violencia extrema son constantes entre los transportistas, quienes, en un intento desesperado por protegerse a sí mismos y sus mercancías, han recurrido a medidas extremas como embestir a sus atacantes, viajar en caravanas y evitar hacer paradas esenciales para su bienestar, como detenerse a comer o ir al baño en trayectos que superan las 10 horas.

Luis Rodríguez, transportista con 30 años de experiencia, presenció recientemente un asalto armado cerca de Esperanza, en las inmediaciones de las Cumbres de Maltrata. En medio de la noche, con la visibilidad reducida por la niebla, una camioneta polarizada con torretas policiales lo interceptó mientras conducía a baja velocidad para cuidar sus frenos. Otro conductor, también detenido por la incertidumbre, fue brutalmente atacado por delincuentes que le arrebataron el control de su camión. Luis, impotente ante la situación, se vio obligado a huir para no convertirse en la siguiente víctima. “Son pocos los choferes que salen ilesos de un asalto”, comenta Armando, un joven de 25 años que maneja un vehículo de carga junto a sus primos. Ante el incremento de los robos violentos, muchos conductores han optado por embestir a sus agresores, sin importar las consecuencias. “Prefiero que lloren en su casa a que lloren en la mía”, dice José Luis, quien a principios de año se vio obligado a sacar de la carretera a un taxi sin placas que intentó detenerlo a punta de pistola.

De los casi 400 kilómetros que abarca la autopista México-Veracruz, el tramo entre San Martín Texmelucan y Esperanza, especialmente este último, es considerado el más peligroso tanto para transportistas como para automovilistas, de acuerdo con David Román, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV). Según los datos de la organización, esta vía es la más peligrosa para el transporte de carga en todo el país, superando incluso al Estado de México, que durante años lideró las estadísticas de asaltos.

José Luis, uno de los muchos transportistas que recorren diariamente esta carretera, se enfrenta a la incertidumbre de no saber si llegará sano y salvo a su destino. Para él y sus compañeros, la vida propia es prioridad, incluso si eso implica poner en riesgo la de los agresores. Hace poco, José Luis fue víctima de otro intento de robo en Esperanza, lo que lo llevó a tomar una decisión drástica: embistió con su camión a un taxi manejado por hombres armados que intentaban detenerlo.

«Ya van tres veces que me persiguen. Desde Tecamachalco hasta Palmar de Bravo, y si te paras cerca de la caseta de Esperanza, ahí te asaltan. No puedes quedarte mucho tiempo parado, llegan en camionetas y siempre usan la violencia», relata. Para los conductores, uno de los tramos más temidos es el cercano a las Cumbres de Maltrata, donde además de los riesgos mecánicos y climáticos, como la niebla y las pendientes pronunciadas que los obligan a reducir la velocidad para no dañar los frenos, la inseguridad se agudiza. Los embotellamientos por accidentes de tránsito se convierten en el escenario ideal para que los delincuentes cometan sus asaltos.

“Tienes que estar muy alerta, porque de pronto se te sube alguien al estribo y te apunta con una pistola. Todo está muy complicado. Ahora solo paso con los cinco sentidos puestos, no hay otra forma”, concluye.

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